Trastorno de integracion sensorial
Contenidos
Tratamiento del trastorno del procesamiento sensorial
Imagina que estás jugando al béisbol y te toca batear. Utilizas tu sentido vestibular para adoptar tu postura de bateo, y la propiocepción para sentir dónde están tus manos, dónde están tus pies y cómo debes hacer el swing para hacer contacto con la pelota. Entonces ves que la pelota se acerca a ti y haces el swing. Oyes el chasquido de la pelota contra el bate y sabes que le has dado, así que empiezas a correr. Sigues escuchando y mirando mientras ves a los otros jugadores luchando por conseguir la pelota y etiquetarte. Ves que te estás acercando a la primera base, pero también a la pelota, así que decides deslizarte. Mientras te deslizas, equilibras tu cuerpo; extiendes los brazos porque eres consciente de su posición y de que llegarán primero a la base; y sientes para saber cuándo la base está contra la punta de tus dedos. Puede ser un poco desagradable saborear y oler la tierra mientras te deslizas, pero tus sentidos te confirman que lo has conseguido.
A medida que tu hijo crece y se desarrolla, debería alcanzar nuevos hitos sensoriales. Desde el seguimiento visual, pasando por alcanzar nuevos juguetes, hasta llevarse objetos a la boca (¡sí, es típico!), el bebé seguirá poniendo en marcha sus sentidos para aprender sobre el mundo que le rodea.
Trastorno del procesamiento sensorial en adultos
Si se pregunta a los padres de niños con trastornos del aprendizaje y del comportamiento si sus hijos tienen problemas de procesamiento sensorial, muchos de ellos responderán con un «sí» rotundo. Aunque está ampliamente aceptado que la mayoría de los niños con trastornos del espectro autista tienen problemas para integrar la información sensorial, el hecho de que los niños que no están en el espectro también experimentan estos problemas en diversos grados está siendo examinado más de cerca por la comunidad médica.
El trastorno de procesamiento sensorial (TPS), también llamado disfunción de integración sensorial, es un trastorno en el que el cerebro no puede sintetizar correctamente la información multisensorial. Esto provoca hipersensibilidad (respuesta excesiva a los estímulos) o hiposensibilidad (respuesta insuficiente a los estímulos). Si un niño está afectado por la hipersensibilidad, puede tener respuestas extremas o temerosas a texturas, sonidos y sabores específicos. Por el contrario, los niños con hiposensibilidad pueden parecer intrépidos, tocando de forma inapropiada a personas y/u objetos y poniéndose en situaciones de peligro debido a su escasa reacción al dolor.
Criterios de diagnóstico del trastorno del procesamiento sensorial
Hay que decir explícitamente que una base de pruebas limitada no significa que un tratamiento sea ineficaz; cuando se prueba, un tratamiento emergente puede ser validado posteriormente cuando se realizan estudios a gran escala. Sin embargo, las directrices de la práctica ética incluyen la aplicación preferente de los tratamientos que actualmente cuentan con evidencia creíble sobre los que no la tienen. Existe una amplia base de evidencia que muestra tamaños de efecto de moderados a grandes para mejorar una amplia gama de síntomas de TEA utilizando procedimientos de intervención conductual que no se dirigen directamente al SI/SP (por ejemplo, las Intervenciones Conductuales de Desarrollo Natural, NDBI; véase Sandbank et al., 2020). Es decir, el SI/SP-T puede ser conceptualizado y probado como una intervención conductual naturalista y condiciones como el TEA pueden producir pruebas justas del enfoque. Debido a esto, dentro del marco de los procedimientos de evaluación de eficacia y efectividad de tratamientos ampliamente utilizados que incluyen diseños de grupo y de caso único (sujeto único), los enfoques emergentes requieren una evaluación sistemática y niveles de evidencia que cumplan o superen los de las intervenciones existentes (por ejemplo, NDBI) para ser incluidos en las opciones de tratamiento validadas.
Trastorno del procesamiento sensorial (tdah)
El trastorno del procesamiento sensorial (TPS) es una condición en la que la información multisensorial no se procesa adecuadamente para proporcionar respuestas apropiadas a las demandas del entorno. El trastorno del procesamiento sensorial está presente en muchas personas con trastornos del espectro autista, pero no en todas.
La integración sensorial fue definida por la terapeuta ocupacional Anna Jean Ayres en 1972 como «el proceso neurológico que organiza las sensaciones procedentes del propio cuerpo y del entorno y que permite utilizar el cuerpo de forma eficaz dentro del entorno»[2][3] El trastorno del procesamiento sensorial se ha caracterizado por ser el origen de problemas significativos en la organización de las sensaciones procedentes del cuerpo y del entorno y se manifiesta por dificultades en el rendimiento en una o varias de las principales áreas de la vida: productividad, ocio y juego[4] o actividades de la vida diaria[5].
Las fuentes debaten si el TPE es un trastorno independiente o si representa los síntomas observados de otros trastornos más consolidados[6][7][8][9] El TPE no está incluido en el Manual diagnóstico y estadístico de la Asociación Americana de Psiquiatría[10][11] y la Academia Americana de Pediatría ha recomendado a los pediatras que no utilicen el TPE como diagnóstico independiente[10].