Porque dan ataques de ansiedad
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Qué ocurre durante un ataque de ansiedad
Los ataques de pánico son periodos repentinos de miedo y malestar intensos que pueden incluir palpitaciones, sudoración, dolor en el pecho, temblores, falta de aliento, entumecimiento o una sensación de fatalidad inminente o de pérdida de control.[7][1][2] Por lo general, los síntomas alcanzan su punto álgido a los diez minutos de iniciarse y duran aproximadamente 30 minutos, pero su duración puede variar desde segundos hasta horas.[3][8] Aunque son angustiosos, los ataques de pánico en sí no son físicamente peligrosos.[6][9]
Los ataques de pánico pueden producirse debido a varios trastornos, como el trastorno de pánico, el trastorno de ansiedad social, el trastorno de estrés postraumático, el trastorno por consumo de sustancias, la depresión y los problemas médicos[2][4]. [El tabaquismo, la cafeína y el estrés psicológico aumentan el riesgo de sufrir un ataque de pánico[2]. Antes del diagnóstico, deben descartarse las afecciones que producen síntomas similares, como el hipertiroidismo, el hiperparatiroidismo, las enfermedades cardíacas, las enfermedades pulmonares, el consumo de drogas y la disautonomía[2][10].
El tratamiento de los ataques de pánico debe dirigirse a la causa subyacente.[6] En aquellos con ataques frecuentes, puede utilizarse asesoramiento o medicamentos.[5] El entrenamiento de la respiración y las técnicas de relajación muscular también pueden ayudar.[11] Los afectados tienen un mayor riesgo de suicidio.[2]
Síntomas de un ataque de ansiedad en el hombre
Todos hemos sentido ansiedad -el nerviosismo antes de una cita, un examen, una competición, una presentación-, pero ¿qué es exactamente? La ansiedad es la forma que tiene nuestro cuerpo de prepararse para afrontar un reto. Nuestro corazón bombea más sangre y oxígeno para que estemos preparados para la acción. Estamos alerta y realizamos las tareas físicas y emocionales con mayor eficacia. (Véase también Ansiedad ante los exámenes para obtener consejos sobre cómo afrontarlos).
Es normal sentirse ansioso cuando nuestra seguridad, salud o felicidad se ven amenazadas; sin embargo, a veces la ansiedad puede llegar a ser abrumadora y perturbadora e incluso puede ocurrir sin ninguna razón identificable. Los ataques excesivos y duraderos de preocupación pueden reflejar un trastorno de ansiedad.
Cualquier persona puede experimentar estos síntomas en momentos de estrés. Sin embargo, las personas con trastornos de ansiedad pueden experimentarlos en ausencia de estrés, con síntomas más graves y/o con la aparición de varios síntomas juntos.
El Trastorno de Ansiedad Generalizada (TAG) se caracteriza por una preocupación y tensión crónicas y exageradas, mucho más que la ansiedad típica que la mayoría de la gente experimenta en su vida diaria. Las personas pueden presentar temblores, espasmos, tensión muscular, náuseas, irritabilidad, falta de concentración, depresión, fatiga, dolores de cabeza, mareos, falta de aire o sofocos.
Tratamiento de la ansiedad
El pánico es la forma más aguda de ansiedad[1]. El cuerpo entra en modo de lucha o huida -preparándose para escapar de un peligro físico-, pero normalmente no hay una fuente real de peligro presente. En cambio, los síntomas mentales y físicos concurrentes de un ataque de pánico se producen en respuesta a una acumulación de pensamientos ansiosos.
Una persona que sufre un ataque de pánico puede sentir que se está muriendo o que está perdiendo la cordura durante el ataque. Aunque se trata de una experiencia intrínsecamente angustiosa, los ataques de pánico no suponen ningún riesgo real grave para la salud. La duración típica de un episodio de ataque de pánico oscila entre los 5 y los 20 minutos, tras los cuales los síntomas mentales y físicos asociados al ataque disminuyen. La práctica de técnicas terapéuticas, en particular ejercicios de respiración, puede ayudar a una persona a sentirse mejor después de un ataque de pánico[1].
Los ataques de pánico pueden afectar a personas de todas las edades y pueden ocurrir durante cualquier actividad y en cualquier lugar. Muchas personas experimentarán uno o dos ataques de pánico a lo largo de su vida, sin desarrollar un problema continuo. A menudo, un ataque de pánico se asocia a un acontecimiento vital especialmente estresante, como un duelo, un cambio de trabajo o la separación de la pareja, pero también es frecuente no poder identificar un desencadenante.
Síntomas del ataque de ansiedad
CausaLa causa exacta del trastorno de pánico no está clara. Algunas personas son más sensibles a la ansiedad y al pánico que otras. Esto puede deberse a sus antecedentes familiares o a experiencias pasadas. Es posible que hayas visto a tus padres o a otros miembros de tu familia experimentar ansiedad. O puede haber vivido acontecimientos traumáticos en su pasado. Puede ser muy sensible a la forma en que su cuerpo reacciona a las experiencias que provocan ansiedad. Puede confundir la reacción de su cuerpo como algo perjudicial y empezar a temer la reacción de su cuerpo. Esto se denomina ciclo de pánico. Las mismas experiencias que le causan pánico a usted pueden no causar pánico en otras personas. Puede tener un ataque de pánico sin tener un trastorno de pánico. Los ataques de pánico pueden ser desencadenados por: Los ataques de pánico también pueden estar causados o relacionados con otras condiciones médicas, incluyendo:
¿Cuándo debe llamar a su médico? Llame a su médico si tiene: Espera vigilante Puede ser difícil diferenciar los síntomas de un ataque de pánico (como la falta de aire y el dolor en el pecho) de los síntomas de un ataque al corazón u otro problema médico grave. Si tiene síntomas de un ataque de pánico, asegúrese de recibir atención médica de inmediato para poder descartar otros problemas médicos. A quién acudir Los siguientes profesionales sanitarios pueden diagnosticar los ataques de pánico. Pueden colaborar con otros profesionales de la salud para tratar los ataques de pánico y el trastorno de pánico: El tratamiento de los ataques de pánico y el trastorno de pánico también puede ser proporcionado por un: Muchos centros de salud mental de la comunidad, clínicas ambulatorias de hospitales y agencias de servicios familiares tienen programas de tratamiento para personas con trastorno de pánico.