Locus de control externo

Lugar externo de la identidad

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Si cree que tiene control sobre lo que ocurre, entonces tiene lo que los psicólogos denominan locus de control interno. Si cree que no tiene control sobre lo que sucede y que las variables externas son las culpables, entonces tiene lo que se conoce como locus de control externo.

Si cree que tiene las llaves de su destino, es más probable que tome medidas para cambiar su situación cuando sea necesario. Si, por el contrario, cree que el resultado está fuera de sus manos, es menos probable que trabaje para cambiar.

«Una orientación de locus de control es una creencia sobre si los resultados de nuestras acciones dependen de lo que hacemos (orientación de control interno) o de acontecimientos que están fuera de nuestro control personal (orientación de control externo)», explica el psicólogo Philip Zimbardo en su libro Psicología y vida.

Personas con un locus de control externo quizlet

El locus de control es el grado en que las personas creen que ellas, en contraposición a las fuerzas externas (más allá de su influencia), tienen el control sobre el resultado de los acontecimientos en sus vidas. El concepto fue desarrollado por Julian B. Rotter en 1954, y desde entonces se ha convertido en un aspecto de la psicología de la personalidad. El «locus» (plural «loci», que en latín significa «lugar» o «localización») de una persona se conceptualiza como interno (la creencia de que uno puede controlar su propia vida) o externo (la creencia de que la vida está controlada por factores externos en los que la persona no puede influir, o que el azar o el destino controlan sus vidas)[1].

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Las personas con un fuerte locus de control interno creen que los acontecimientos de su vida son principalmente el resultado de sus propias acciones: por ejemplo, al recibir los resultados de los exámenes, las personas con un locus de control interno tienden a alabarse o a culparse a sí mismas y a sus capacidades. Las personas con un fuerte locus de control externo tienden a alabar o culpar a factores externos, como el profesor o el examen[2].

El locus de control ha generado muchas investigaciones en diversas áreas de la psicología. El constructo es aplicable a campos como la psicología de la educación, la psicología de la salud, la psicología industrial y organizacional y la psicología clínica. Se sigue debatiendo si las medidas de locus de control específicas de un ámbito o más globales resultarán más útiles en la aplicación práctica. También hay que distinguir cuidadosamente entre el locus de control (una variable de personalidad vinculada a las expectativas generalizadas sobre el futuro) y el estilo atribucional (un concepto relativo a las explicaciones de los resultados pasados), o entre el locus de control y conceptos como la autoeficacia.

Características del locus de control externo

El locus de control es el grado en que las personas creen que ellas, en contraposición a las fuerzas externas (más allá de su influencia), tienen el control sobre el resultado de los acontecimientos en sus vidas. El concepto fue desarrollado por Julian B. Rotter en 1954, y desde entonces se ha convertido en un aspecto de la psicología de la personalidad. El «locus» (plural «loci», que en latín significa «lugar» o «localización») de una persona se conceptualiza como interno (la creencia de que uno puede controlar su propia vida) o externo (la creencia de que la vida está controlada por factores externos en los que la persona no puede influir, o que el azar o el destino controlan sus vidas)[1].

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Las personas con un fuerte locus de control interno creen que los acontecimientos de su vida son principalmente el resultado de sus propias acciones: por ejemplo, al recibir los resultados de los exámenes, las personas con un locus de control interno tienden a alabarse o a culparse a sí mismas y a sus capacidades. Las personas con un fuerte locus de control externo tienden a alabar o culpar a factores externos, como el profesor o el examen[2].

El locus de control ha generado muchas investigaciones en diversas áreas de la psicología. El constructo es aplicable a campos como la psicología de la educación, la psicología de la salud, la psicología industrial y organizacional y la psicología clínica. Se sigue debatiendo si las medidas de locus de control específicas de un ámbito o más globales resultarán más útiles en la aplicación práctica. También hay que distinguir cuidadosamente entre el locus de control (una variable de personalidad vinculada a las expectativas generalizadas sobre el futuro) y el estilo atribucional (un concepto relativo a las explicaciones de los resultados pasados), o entre el locus de control y conceptos como la autoeficacia.

Resultados positivos y negativos del locus de control interno y externo

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Si cree que tiene control sobre lo que ocurre, entonces tiene lo que los psicólogos denominan locus de control interno. Si cree que no tiene control sobre lo que sucede y que las variables externas son las culpables, entonces tiene lo que se conoce como locus de control externo.

Si cree que tiene las llaves de su destino, es más probable que tome medidas para cambiar su situación cuando sea necesario. Si, por el contrario, cree que el resultado está fuera de sus manos, es menos probable que trabaje para cambiar.

«Una orientación de locus de control es una creencia sobre si los resultados de nuestras acciones dependen de lo que hacemos (orientación de control interno) o de acontecimientos que están fuera de nuestro control personal (orientación de control externo)», explica el psicólogo Philip Zimbardo en su libro Psicología y vida.