Heridas de la infancia
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Libro de las heridas de la infancia
Una de las formas más efectivas de fortalecer la resiliencia personal es explorar las heridas de la infancia. Para algunas personas, la vida como adulto no se ve, no suena ni se siente satisfactoria. A menudo se preguntan por qué ellos y sus vidas son un doloroso desastre. A mí me pasó lo mismo antes de empezar a trabajar con el Niño Interior y descubrir que la raíz de algunos de mis comportamientos adultos inadecuados provenía de mi educación. El trauma de nuestra infancia ofrece muchas respuestas a nuestras luchas de adultos.
Inevitablemente, los clientes preguntan: «¿Por qué tengo que volver a esos recuerdos emocionales de la infancia? ¿Qué tiene que ver mi Niño Interior con mi vida actual?». Muchos se marchan diciendo: «El asesoramiento no me ha funcionado».
Muchos también se preguntan por qué el terapeuta no agitó una varita y dijo palabras mágicas para curar sus heridas de la infancia. Afortunadamente, algunos siguen comprometidos y deciden buscar, limpiar y ordenar sus viejos armarios embrujados.
En más de 30 años de asesoramiento, uno de los mayores elogios que he recibido fue el de una clienta que me describió como su «luz segura y firme que guiaba el camino» hacia su oscuro y desordenado armario del pasado. De la oscuridad, salió a la luz de nuevo con una mayor conciencia y un firme sentido de la elección personal.
Significado de las heridas de la infancia
Adverse Childhood Experiences Recovery Workbook combina a la perfección ideas y ejercicios de tres campos en auge: las experiencias adversas de la infancia, la terapia del trauma y el apego. Accesible y completo a la vez, es un recurso para los clínicos y un regalo para todos los que viven con heridas emocionales.»
«Un enfoque integrador para la curación del estrés traumático que apunta a la mente, el cerebro, el cuerpo y el alma, este libro de trabajo será un recurso importante para muchos que luchan con las huellas duraderas de las experiencias tempranas adversas.»
-Ruth A. Lanius, MD, PhD, profesora de psiquiatría, Cátedra Harris-Woodman de Medicina Mente-Cuerpo, y directora de la unidad de investigación del trastorno de estrés postraumático (TEPT) en la Universidad de Western Ontario–Ruth A. Lanius, MD, PhD
«Como alguien que ha tratado traumas durante muchos años, siempre he pensado que lo que ocurre en nuestra infancia repercute directamente en nuestra salud mental y física en el presente. Recomiendo el libro de trabajo de Glenn Schiraldi para que te eduques sobre el impacto de las ACEs en tu bienestar actual, y los muchos caminos efectivos para sanar esas heridas ocultas de tiempos anteriores que aún te afectan.»
Cuestionario sobre las heridas de la infancia
Las experiencias que vivimos en la infancia pueden tener un grave impacto en nuestra calidad de vida en la edad adulta. Pueden moldear nuestra personalidad, afectar a las relaciones sentimentales e influir en la forma de criar a nuestros propios hijos.
La mayoría de la gente puede entender fácilmente cómo el abuso físico puede afectar a un niño. ¿Y el maltrato emocional? ¿Y qué hay de las experiencias dolorosas, a menudo inevitables, que experimentan muchos niños, a pesar de los esfuerzos de sus padres por mantenerlos a salvo?
Si sientes que sigues saboteándote a ti mismo, tomando malas decisiones en tus relaciones o reaccionando de forma exagerada ante ciertas situaciones, puede que sea tu niño interior herido el que esté actuando. Su niño interior representa sus aspectos infantiles, sus recuerdos personales, sus esperanzas y sus sueños. Si trata de llamar su atención, puede estar pidiendo a gritos que se cure una vieja herida.
Hablar con un coach de relaciones puede ser de gran ayuda en este sentido. También puedes iniciar tu camino para convertirte en un adulto sano descubriendo tus heridas de la infancia por ti mismo. Sigue leyendo para saber cómo puedes ponerte en contacto con tu niño interior y curar las heridas emocionales.
Test de las 5 heridas de la infancia
Cuando muchos de nosotros pensamos en la infancia, nos imaginamos tiempos felices y sin preocupaciones. A menudo se recuerdan sentimientos tiernos de relaciones seguras y cariñosas con los padres y los abuelos. Los que somos padres sabemos que no hay nada más valioso que el nacimiento de un hijo y los sueños asociados a ver a ese niño crecer y prosperar hasta la edad adulta.
Los adultos también saben que crecer puede ser doloroso. Las heridas de la infancia pueden persistir durante toda la vida, plasmadas en cada músculo y órgano de nuestro cuerpo. Los niños experimentan traumas de forma similar a los adultos, por ejemplo, a causa de los abusos, la pobreza, la guerra, las lesiones u otros acontecimientos adversos. Pero el trauma es mucho más de lo que parece.
Hay formas sutiles, a menudo invisibles, de que los niños sufran un trauma, siendo la más común la pérdida de conexión humana. El trauma relacional puede ser experimentado por los niños que se sienten incomprendidos, inferiores, no aceptados, abandonados emocionalmente o desconectados socialmente. Estos sentimientos dañan la salud emocional de los niños.
En la actualidad, los estudiantes universitarios de primer año califican su salud emocional en comparación con otros de su edad en un 50,7%, el nivel más bajo de la historia (Eagan, et al, 2014). Numerosos estudios han puesto de manifiesto el deterioro de la salud emocional de los estudiantes estadounidenses, incluyendo un aumento constante de la ansiedad, la depresión y las enfermedades mentales (Pryor, et al., 2010; Douce & Keeling, 2014). Aunque estas estadísticas son motivo de preocupación, la buena noticia es que los investigadores están empezando a comprender mejor los vínculos entre la mala salud mental, el trauma relacional y el cerebro. Como resultado, las terapias están mejorando.