Etapas del duelo amoroso
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Las 7 etapas del duelo
Si alguna vez ha sufrido la pérdida de un ser querido o de un amigo, un cambio en una relación o ha tenido que enfrentarse a una enfermedad grave o que le ha cambiado la vida, es probable que haya experimentado el duelo de alguna manera. Es una experiencia muy personal y, a veces, puede ser una emoción muy abrumadora. Si está experimentando una pérdida, es normal que tenga preguntas y se pregunte qué puede esperar a medida que avanza por el proceso y las etapas que conlleva el duelo.
Puede preguntarse por qué tiene ciertas emociones o si es normal tener los pensamientos y sentimientos que está experimentando. Puede que se haga preguntas como «¿Se supone que debo sentirme así?». «¿Por qué a los demás no les afecta tanto como a mí?» o «¿Qué se supone que debo sentir en este momento?». Puede llegar a ser fácil comparar la forma en que manejas el duelo con lo que percibes como la forma de duelo de otros. Es importante entender que las emociones en torno al duelo son un viaje personal y que cada persona hace el duelo de manera diferente.
Cuando muchos de nosotros escuchamos la palabra «duelo», la asociamos con la tristeza relacionada con la pena. Sin embargo, las personas pueden experimentarlo por otros motivos. Cualquier situación que altere la vida o la sensación de pérdida puede hacer que una persona se aflija. La pérdida de un hogar o de un trabajo, una relación que se acaba, el traslado a una nueva ciudad o el hecho de no poder completar un objetivo pueden provocar emociones similares.
Etapas del divorcio por duelo
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El asesoramiento en materia de duelo es una forma de psicoterapia cuyo objetivo es ayudar a las personas a afrontar las respuestas físicas, emocionales, sociales, espirituales y cognitivas a la pérdida. Se suele pensar que estas experiencias son provocadas por la muerte de un ser querido, pero pueden entenderse de forma más amplia como formadas por cualquier pérdida significativa que altere la vida (por ejemplo, un divorcio, la ejecución de una hipoteca o la pérdida de un empleo)[1].
Los consejeros de duelo creen que cada persona experimenta y expresa el duelo de una manera única y personal que está moldeada por los antecedentes familiares, la cultura, las experiencias de vida, los valores personales y las creencias intrínsecas[2]. Creen que no es raro que una persona se aleje de sus amigos y familiares y se sienta impotente; algunos pueden estar enojados y querer tomar medidas. Algunos pueden reírse mientras que otros experimentan un fuerte arrepentimiento o culpa. Tanto las lágrimas como la falta de llanto pueden considerarse expresiones apropiadas del duelo[3].
Encontrar el sentido: la sexta
Teniendo en cuenta la multitud de formas en que la pandemia ha cambiado nuestras vidas, muchas personas han experimentado el duelo como reacción a todo tipo de pérdidas este año. El duelo puede experimentarse como reacción a cualquier pérdida significativa, ya sea la pérdida de trabajo o de ingresos, la pérdida del cuidado de los hijos, la pérdida de la rutina y de la sensación de seguridad, la pérdida de la comunidad y de la unión, o la pérdida de un ser querido.
En lugar de consistir en una emoción o estado, el duelo se entiende mejor como un proceso. Hace unos 50 años, los expertos observaron un patrón en la experiencia del duelo y lo resumieron como las «cinco etapas del duelo», que son: negación y aislamiento, ira, negociación, depresión y aceptación.
Los expertos que publicaron estas etapas han aclarado desde entonces que alguien que está de duelo puede experimentar las cinco etapas en cualquier orden, y puede experimentar sólo algunas de las etapas en lugar de todas ellas. Además, no hay una cantidad de tiempo determinada durante la cual una persona en duelo permanezca en una etapa, y alguien puede experimentar más de una de las etapas en cualquier momento. En otras palabras, el duelo es una experiencia muy personal y llena de matices, y cada persona sufre a su manera.
12 etapas del duelo
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Sin embargo, si nos permitimos el tiempo para hacer el duelo, podemos ir rompiendo poco a poco el dominio del dolor sobre nosotros. Reconocer el papel y el valor del proceso de duelo nos orienta a aceptar el hecho de la muerte. La aceptación marca un paso importante hacia la recuperación.
El duelo sigue un patrón, pero cada doliente lo experimenta de manera diferente. La conciencia del patrón básico revela un terreno común para la ayuda y el apoyo mutuos. El reconocimiento de la singularidad permite a los dolientes ayudarse a sí mismos, y orienta a los simpatizantes sobre lo que deben decir y hacer.
Nos quedamos aturdidos cuando muere un ser querido. Nos sentimos aturdidos, en trance. Es la forma que tiene la naturaleza de amortiguar la tragedia. La duración y profundidad de este estado varía según nuestra relación, la causa de la muerte, si fue repentina o esperada, etc. El shock nos da tiempo para asimilar lo que ha sucedido y empezar a adaptarnos. La orientación de personas afectuosas puede sostener a los nuevos dolientes. A medida que desaparece el entumecimiento y crece la aceptación, recuperamos el control de la dirección de nuestras vidas.