Cada vez me gusta menos la gente

cuando alguien no te gusta

Dada la profunda integración de las redes sociales en la vida de la mayoría de los adolescentes estadounidenses, no es de extrañar que estos sitios desempeñen un papel importante en el establecimiento de amistades y en el ir y venir diario de las relaciones entre compañeros. En este capítulo se analiza en profundidad el papel de las redes sociales en las amistades de los adolescentes, con una definición más amplia de las mismas.

Las redes sociales desempeñan un papel fundamental a la hora de poner en contacto a los adolescentes con nuevos amigos, permitiéndoles saber más sobre ellos y conocerlos mejor. Casi dos tercios (64%) de los adolescentes que han hecho un nuevo amigo en línea dicen que han conocido nuevos amigos en una plataforma de medios sociales. Dos tercios (62%) de los adolescentes dicen haber compartido su nombre de usuario en las redes sociales con un nuevo amigo como forma de mantenerse en contacto.

Como ya se ha comentado en el informe, las redes sociales son una plataforma fundamental para hacer y mantener el contacto con los amigos. Teniendo en cuenta esto, y la frecuencia con la que muchos adolescentes utilizan las redes sociales, no es de extrañar que los usuarios adolescentes de las redes sociales afirmen que éstas les hacen sentirse mejor conectados a los sentimientos de sus amigos y a la información sobre lo que ocurre en sus vidas. Más de ocho de cada diez (83%) adolescentes que utilizan las redes sociales afirman que éstas les hacen estar más conectados con la información sobre lo que ocurre en la vida de sus amigos y el 70% dice que estas plataformas sociales les conectan mejor con los sentimientos de sus amigos.

la depresión y el odio a todo el mundo

La paradoja de la amistad es el fenómeno observado por primera vez por el sociólogo Scott L. Feld en 1991, según el cual la mayoría de las personas tienen menos amigos que los que tienen sus amigos, por término medio[1]. O, dicho de otro modo, es menos probable que uno sea amigo de alguien que tiene muy pocos amigos. En contradicción con esto, la mayoría de la gente cree que tiene más amigos que sus amigos[2][3][4][5].

La misma observación puede aplicarse de forma más general a las redes sociales definidas por otras relaciones distintas de la amistad: por ejemplo, la mayoría de las personas que tienen pareja sexual han tenido (por término medio) un mayor número de parejas sexuales que ellas[6][7].

A pesar de su carácter aparentemente paradójico, el fenómeno es real y puede explicarse como consecuencia de las propiedades matemáticas generales de las redes sociales. Las matemáticas que lo sustentan están directamente relacionadas con la desigualdad de la media aritmética-geométrica y la desigualdad de Cauchy-Schwarz[9].

no me gusta la gente que me rodea

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Ya sea vendiendo, gestionando, negociando, planificando, colaborando, lanzando, instruyendo -o de rodillas con una propuesta de matrimonio- el secreto del éxito se basa en conectar con otras personas. Ahora esa conexión es infinitamente más fácil de realizar gracias al programa de Nicholas Boothman de rapport por diseño.

Cómo caerle bien a la gente en 90 segundos o menos es la obra de un maestro de la programación neurolingüística cuya carrera consiste en enseñar a empresas y grupos los secretos de la comunicación cara a cara con éxito. Dirigido a establecer una relación -esa etapa entre el encuentro y la comunicación- Cómo caerle bien a la gente se centra en el concepto de sincronía. Muestra cómo sincronizar la actitud, sincronizar el lenguaje corporal y sincronizar el tono de voz para convertirse instantánea e imperceptiblemente en alguien que guste a la otra persona. Para reforzar estas habilidades fáciles de aprender, hay que saber leer las preferencias sensoriales de la otra persona: la mayoría de nosotros somos visuales, algunos son cinestésicos y una minoría son auditivos. Por eso, cuando dices «ya veo lo que quieres decir» a una persona visual, en realidad estás hablando su idioma. A lo largo del libro se aborda la actitud, el nerviosismo, las palabras que abren una conversación y las que la cierran, los cumplidos, las señales visuales, la magia de los opuestos que se atraen y mucho más. Se trata de cómo aprovechar al máximo los 90 segundos más importantes de cualquier relación, ya sea de negocios o personal.

por qué no me gusta una persona

Jean Twenge no trabaja, asesora, posee acciones ni recibe financiación de ninguna empresa u organización que pueda beneficiarse de este artículo, y no ha revelado ninguna afiliación relevante más allá de su nombramiento académico.

Si le preguntamos a una adolescente cómo se comunica con sus amigos, probablemente nos mostrará su teléfono inteligente. No es que llame a sus amigos; es más probable que les envíe mensajes de texto o en las redes sociales.

¿Y si ampliamos la escala y comparamos la frecuencia con la que las generaciones anteriores de adolescentes pasaban tiempo con sus amigos con la frecuencia con la que lo hacen los adolescentes de hoy? ¿Y si también viéramos cómo difieren los sentimientos de soledad entre las distintas generaciones?

Para ello, mis coautores y yo examinamos las tendencias de cómo 8,2 millones de adolescentes estadounidenses pasaban tiempo con sus amigos desde la década de 1970. Resulta que los adolescentes de hoy en día se relacionan con sus amigos de forma fundamentalmente diferente, y también resulta que son la generación más solitaria de la que se tiene constancia.

Tras estudiar dos grandes encuestas representativas a nivel nacional, descubrimos que, aunque la cantidad de tiempo que los adolescentes pasan con sus amigos cara a cara ha disminuido desde la década de 1970, el descenso se aceleró a partir de 2010, justo cuando empezó a crecer el uso de los smartphones.

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